Hallazgos de fósiles en el Río Salado

Un Stegomastodon “bebé”

El último día del año 2017, en las orillas del Río Salado, dentro del barro, casi tapado por las aguas limosas, aparecieron unos restos bastantes destruídos. Pero al acercarse y observarlos detenidamente, nos dimos cuenta que pertenecía a un pequeño Stegomastodon, porque poseen unos molares característicos, y había uno completo asomado en el sedimento. Como era muy pequeño se estimó que los restos pertenecen a un individuo juvenil, quizá recién nacido. Esperemos que al investigar los escasos restos encontrados nos cuente más sobre la vida de este pequeño, o al menos poder inferir cómo murió, si fue por un depredador, si murió al nacer? ¿Qué circunstancias rodearon su muerte y cómo se depositó y llegó a nuestros días?.

 

Elefantes en las pampas

Es difícil de imaginar una manada de elefantes vadeando las cañadas pampeanas y irrumpiendo en los pajonales, pero, hace menos de diez mil años, éste sería una acontecimiento  muy común.

 


Si bien no eran idénticos a los elefantes que hoy habitan Asia y África, eran parientes cercanos y su rol ecológico era equivalente. Como ellos, también pertenecían a la familia de los gomfotéridos. 

 

 

El Stegomastodon fue el mastodonte característico del Pleistoceno argentino. Tenía el aspecto y el tamaño semejante a los elefantes actuales, pero sus molares eran distintos, tenían dos series longitudinales de remates cónicos. Los incisivos superiores eran de crecimiento continuo y formaban sus características defensas; al igual que en el elefante, éstas eran rectas o levemente arqueadas. Estos mastodontes sólo tenían defensas en la mandíbula superior, pero existieron otros que las poseían en las dos mandíbulas.

Desde antes de la conquista española se tenía noticias de hallazgos de huesos fósiles de mastodontes. Los mismos eran atribuidos a gigantes. Por ejemplo, los habitantes cercanos a un rico yacimiento de Tarija, Bolivia, creían que antiguamente había existido allí una tribu de gigantes guerreros y destructores.

Los proboscídeos se originaron durante el Eoceno en el norte de África, de allí se dispersaron por Eurasia, de donde pasaron a América del Norte, entrando en América del Sur durante el Gran Intercambio Faunístico Americano, se dispersaron ampliamente desde el Plioceno Tardío hasta el límite Pleistoceno, Holoceno. En Junín se ha hallado una mandíbula con un molar, trozos de colmillos, restos de molares de Stegomastodon, el género característico del Lujanense.

 

http://megafauna.com.ar/stego.htm (página que tengo que actualizar)

 

Nuestro Patrimonio Paleontológico

Los restos que están apareciendo están esparcidos y se deben rescatar a tiempo, es muy importante tomar los datos de la estratigrafía y del contexto en el que se hallan para los próximos estudios científicos. El yacimiento de las riberas del Salado  está protegido por la ley de patrimonio y es nuestra responsabilidad, la de todos los ciudadanos de protegerlo y cuidarlo para que las próximas generaciones puedan conocer cómo era la vida del pasado, y también realizar investigaciones paleoclimáticas y ecológicas. Los restos en si mismos no tienen ningún valor económico ni decorativo, si poseen un valor científico si son objetos de investigación, por eso hay que preservarlos y ser rescatados por expertos.

El director del Museo José Marchetto nos explica “ últimamente han aparecido algunos restos fósiles en condiciones muy malas producto de la bajada del agua en el río, desde el museo no estamos haciendo salidas de investigación, sino más bien, tareas de rescate para salvar lo que nos sea posible de este material que está sumamente dañado por la crecida del río. Por lo mismo solicitamos que si alguien ve o cree haber visto algo nos informe para poder rescatarlo, no intenten hacerlo ustedes mismos porque lo más probable es que se rompa, se perderían los datos del terreno y además no puede hacerse sin el permiso indicado según la ley de protección del patrimonio 25743/03. Desde ya agradecemos la colaboración de todos en el esfuerzo de rescatar el patrimonio paleontológico juninense! Muchas gracias! Pueden comunicarse por mensaje privado a nuestro facebook o llamar al número 236154507363....”

 

Qué es un fósil

Un fósil es una evidencia de la existencia de un determinado ser vivo durante una  época relativamente remota. Un fósil se forma por la substitución de los componentes orgánicos de los restos de un ser vivo por los minerales que se encuentran presentes en los sedimentos donde el resto ha quedado depositado. Lo que se preserva, en definitiva, es la forma, una reproducción, no el resto del organismo con su composición original. Para que se forme un fósil tienen que darse una serie de condiciones especiales. Como refiere el paleontólogo Rodolfo Coria, un fósil es un error de la naturaleza, puesto que es fruto de la interrupción del ciclo de la materia, el cuál es lo que se cumple “normalmente” en todo ecosistema. Pero a veces, en casos excepcionales, este ciclo no se cumple y algunos restos no son degradados por los descomponedores y pasan por un proceso de fosilización. De este hecho eventual, luego de un proceso de miles o millones de años, otra suma de hechos fortuitos, hacen que el fósil quede al descubierto y pueda ser rescatado para su estudio. Generalmente es la erosión la que ayuda a los paleontólogos al dejar el fósil expuesto, pero muchas veces, al realizar obras como puentes, rutas, túneles, grandes edificios, el hombre al excavar da con ellos accidentalmente.

 

Los fósiles encontrados en Junín poseen, aproximadamente, una antigüedad de 8.800, a 10.000 años,  es decir “ayer nomás” en términos geológicos, por lo tanto, en algunos casos, el proceso de fosilización no ha concluido todavía y son extremadamente frágiles, se degradan fácilmente, de allí que cuando emergen de los sedimentos que los contenían, deben ser rescatados inmediatamente para que la erosión no los deshaga. Muchas veces se deben sacar luego de cubrirlos con yeso y vendas para que al transportarlos no se rompan, especialmente los huesos largos. También muchas veces, se tratan en el lugar con sustancias fijadoras para que no se desgranen.

Antes de la canalización del río Salado, los fósiles que aparecían lo hacían gracias al proceso erosivo propio del río y los aluviones provocados por las  inundaciones. Cuando se comenzó a cavar para concretar las obras, se dejaron expuestos los sedimentos pleistocénicos y allí fueron apareciendo muchos restos.

 

Escrito en las Barrancas

 

A las rocas o los sedimentos que se depositaron en un determinado período se los puede considerar como una unidad de medida del tiempo geológico. Por medio de la estratigrafía podemos establecer la edad relativa de los fósiles y averiguar en qué momento del tiempo geológico vivieron los organismos que dejaron sus restos fósiles incrustados en esa roca.

Otra ciencia subsidiaria y derivada de la paleontología, es la tafonomía. Por medio de ella podemos inferir cómo murieron los organismos y qué sucedió luego con sus restos en el entorno donde se hallan.

También se incluye el análisis paleobiológico de los restos de vertebrados para inferir su modo de vida, enfermedades que hayan padecido, su edad al morir, etc.

Correlacionando con datos de otros yacimientos y los aportes de los estudios ecológicos de la biota actual, es posible inferir cómo sería el ecosistema prehistórico, la fauna, la flora y sus interacciones. Aproximarnos a una visión del paisaje del Salado de hace diez mil años como desde una ventana que nos transporta hacia el pasado.

Se ocupa del examen de la evidencia física alrededor de los fósiles para determinar las causas de muerte, la naturaleza del intervalo entre muerte y fosilización y el ambiente que provocó esa fosilización.

El estudio tafonómico es algo así como la reconstrucción de los hechos pasados a través de los pocos elementos que quedaron fosilizados. Se podría decir entonces que el tafónomo realiza un trabajo análogo al que efectúa un detective al determinar las causas de un crimen...

La posición en la  que se encuentra el esqueleto dice mucho de la forma en que murió el animal. Ya Florentino Ameghino había relacionado la forma en que se encontraba el esqueleto con la posible causa de su muerte. Por ejemplo si se encontraba de costado y desarticulado podía haber sido atacado por carroñeros. Si se encotraba invertido “patas para arriba” habría sido atrapado en una inundación. Pomi (2009) propone que en algunos sitios de la planicie de inundación donde se depositó el Miembro Guerrero Río Salado, funcionaron como trampas naturales. La presencia de este modo tafonómico, es significativo porque  da cuenta de la abundancia de esqueletos de megamamíferos relativamente completos y articulados.

 Entrampamientos son lugares donde quedan “atrapados” distintos tipos de fósiles de diferentes  animales. Debido a zonas pantanosas, medanales, desagües de inundaciones, huecos naturales o cuevas de animales, etc.  Una trampa natural es cualquier sitio que produzca la acumulación de un resto orgánico al detener al organismo y causar su muerte. En esta zona del río Salado, los restos esparcidos que no se encuentran en su posición estratigráfica original fueron arrastrados por las corrientes del río y se fueron acumulando en curvas y recodos y enterrados en periodos de sequía. Ahora que el lugar ha sido canalizado, por la erosión de las aguas salen nuevamente a la luz. Y los que no han sido destruidos por la canalización o la erosión posterior del río, cuando se excavan se encuentran articulados o bien sus piezas yuxtapuestas.

Actualmente también se cumplen ciclos estacionales de inundaciones y sequías. Procesos que facilitan que afloren los restos fósiles. Una vez que el río socava y deja a los materiales expuestos se empiezan a destruir si no son extraídos.

Al analizar luego de la limpieza de los materiales, se pueden hallar evidencias de la vida que quedan registradas en los materiales fosilizados de los vertebrados.

Las principales señales que nos muestran los restos óseos:

líneas de crecimiento

cicatrices

rastros de enfermedades malformativas

desgaste, procesos adquiridos de hábitos  y comportamientos

asociaciones con otros organismos (con descomponedores por ejemplo)

posibles evidencias paleoclimáticas (rastros de polen, sedimento típico de periodos glaciares o interglaciares, etc.)

                  

Interpretando estas marcas o indicios podemos inferir bastante sobre la vida del animal. Por ejemplo el tamaño y desgaste de dientes nos va a dar la edad relativa del animal, su tipo de dieta, forma de procurarse el alimento…

Dra. Marcela Torreblanca

Investigadora y encargada del área académica del  Museo “Legado del Salado